Pensar lo público, actuar públicamente es una exposición colectiva que se muestra en la Galería Grande y Galería Chica, ubicadas en el subterráneo del Centro de Extensión, Centex. Sotomayor 233, Valparaíso. Entrada liberada.
«Hace 20 años atrás, Luis Alarcón y Ana María Saavedra instalan Galería Metropolitana en la comuna de Pedro Aguirre Cerda de Santiago (…) Toda una sección del ciclo presente en el Centex corre bajo su curatoría y abarca cerca de 40 años de prácticas en las calles». Pedro Donoso.
Por: Ana María Saavedra y Luis Alarcón
Pensar lo público, actuar públicamente es un proyecto que revisa el concepto de arte público a partir de un recorte curatorial que identifica una serie de estrategias y formas de intervención en el espacio urbano, y que considera un recorte temporal que va desde 1969 al 2018. Es también un ejercicio de lectura que se resuelve visual, objetual y operacionalmente trayendo al espacio de exhibición un diagrama que conecta archivos de obras referenciales con acciones directas realizadas in situ; por tanto, se plantea como una experiencia de interacción histórica, espacial y territorial. Este ejercicio curatorial activa su dinámica interna considerando dos lugares de emplazamiento: uno habilitado como espacio de arte y el otro que se autohabilita como tal en la ciudad, sus recorridos e intersticios. Este proyecto se entiende también como un ejercicio de revisión de las relaciones entre arte y política, de lo relacional en el arte1, de lo contextual en el arte2 y de la relación entre arte y crítica institucional3. La exposición se desarrolla, procesualmente, en tres momentos. El primero es el montaje de archivos y obras referentes como exposición en la sala Centex; el segundo, la ejecución de obras en el espacio urbano que considera la participación de artistas, curadores y ciudadanos; y, por último, el momento editorial en el espacio de arte, que (re) institucionaliza, sintetiza y expande los rendimientos críticos del conjunto de obras. Para tales efectos, se trabajará articulando documentos y obras que devienen en un espejo de los vaivenes políticos y transformaciones vividas en el Chile del último tiempo: la BRP, brigada muralista ligada al proceso de la Unidad Popular, citada a través de la marcha contra la guerra de Vietnam de 1969 (recorrido desde Valparaíso a Santiago) que combina arte, militancia y revolución señalando una crítica radical al capitalismo y una decidida apuesta por cambiar el sistema por uno de corte socialista; la neovanguardia, o escena de Avanzada como contrarelato cultural a la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet a través de la mítica, solitaria y performática acción de Lotty Rosenfeld Una milla de cruces sobre el pavimento; la cita a la contracultura y a los colectivos de arte de fines de los años 80 e inicios de los años 90 marcados por la transición a la democracia, en este caso, a cargo del colectivo Los Ánjeles Negros; la postdictadura signada por una transición económica y cultural a un neoliberalismo profundo, contexto en el que aparecen espacios alternativos de exhibición, como H10 en Valparaíso, que pioneramente activaron una crítica al modelo económico, al arte contemporáneo y al Estado que fondarizó las prácticas culturales. Finalmente, en los 2010, la reactivación de proyectos tanto individuales como colectivos que retoman el interés por intervenir y desmontar la ciudad neoliberal, están señalados por los cuatro artistas invitados a realizar acciones directas en el espacio público: Danny Reveco, que dentro de sus múltiples líneas de acción (incluida su participación en el Colectivo Piñen) construye una obra pictórico mural que articula una visualidad propia, contingente y colectiva mediada estratégicamente por la interacción con las personas; Luis Almendra, que desde su alter ego Huachistáculo ha construido un programa de acciones performáticas desde el humor, lo paródico y lo sarcástico, que han apuntado a desestabilizar el orden, la ley y el poder; Enrique Flores, quien ha venido desarrollando acciones (tanto desde su colectivo Galería Daniel Morón como en solitario) de cruce entre alta cultura y cultura popular con el interés de intervenir el espacio público e interactuar con la ciudadanía, práctica que apunta a desmontar el alto nivel de especialización del arte contemporáneo. Finalmente, Gálvez Inc. que, desde una nueva forma de vitrina (Walltoheaven) para el arte, critica el nuevo escenario turístico especulativo de la emblemática ciudad de Valparaíso signada por una feroz combinación entre industria creativa y especulación inmobiliaria. Este diagrama curatorial y su pragmática, por último, apuntan a revisar y reactivar el filo crítico del arte, hoy altamente domesticado, ensimismado, estratificado y, en muchos casos, ajeno a las problemáticas del mundo actual.1 “…un arte que tomaría como horizonte teórico la esfera de las interacciones humanas y su contexto social, más que la afirmación de un espacio simbólico autónomo y privado” (Nicolás Bourriaud).
2 “…haciendo valer el potencial crítico y estético de las prácticas artísticas más enfocadas a la presentación que a la representación, prácticas propuestas en el modo de la intervención, aquí y ahora” (Paul Ardenne).
3 “…el arte político como arte que conscientemente se propone intervenir en las relaciones de poder, en lugar de solamente reflexionar sobre ellas, y esto significa necesariamente las relaciones de poder dentro de las cuales el arte existe” (Andrea Fraser).
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