- La actividad, que fue impartida por el actor, Fernando Mena, y la actriz y dramaturga argentina, Celina Rozenwurcel, apuntó a que las personas participantes pudieran iniciarse en la escritura teatral mediante una serie progresiva de juegos escénicos, ejercicios de escritura y lecturas.
Con la lectura dramatizada de sus propias obras terminó esta semana el taller de escritura dramática que durante tres meses impartió el Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Centex, actividad que es la primera iniciativa de la Línea de formación de fomento lector.
El taller apuntó a que cada persona participante pudiera iniciarse en la escritura teatral mediante una serie progresiva de juegos escénicos, ejercicios de escritura y lecturas. La instancia de formación fue impartida por el actor, Fernando Mena, y la actriz y dramaturga argentina, Celina Rozenwurcel. Además, la actividad buscó enseñar y ejercitar las técnicas básicas de la escritura dramática para desarrollar la creatividad y propiciar la búsqueda del imaginario propio de cada una de las personas participantes.
Georg Jovanovic, quien a sus 72 años fue uno de los participantes, decidió aprender escritura dramática. “Escribo hace unos años. Hago notas cortas y crónicas para una agencia internacional. Entre todo eso, tengo algunas historias autobiográficas que creo se pueden transformar en algo de teatro. Por otro lado, la curiosidad de saber nuevas formas y nuevas técnicas de escribir me llevó a participar en este taller. Es interesante seguir aprendiendo y socializar con gente más joven”.
Sobre su experiencia en el taller, Georg asegura que “fue una interesante forma de socializar y aprovechar los recursos culturales que hay en el medio y que se ofrecen gratuitamente. Es una gran iniciativa. Hoy no es muy normal aprender y estudiar gratis. A nosotros los viejos nos saca de ese mundo de encierro, compartiendo y aprendiendo”.
Caso muy distinto es el de Estefanía Villalobos, quien es actriz y ya lleva algunos años escribiendo textos dramáticos, ganando incluso un Fondo del Libro. “Quise entrar porque no tenía tan definida mi metodología de escritura, me cuesta sistematizarme y ordenarme para escribir. Al ver que el taller duraba tanto tiempo y que estaba abierto a la comunidad, me parecía interesante poder estar para poner en práctica una metodología y aprender cosas nuevas”, aseguró.
Por su parte, Carolina Yéñez, otra de las participantes, no tenía ningún conocimiento sobre técnicas de escritura. “Fue aprender a desarrollar una habilidad que no tenía. Siempre he tenido más cercanía con las cosas plásticas, con la pintura, pero nunca con escribir. Fue bonito porque en verdad llegar y hacer el ejercicio de escribir, cuando no estás acostumbrada, te va mostrando nuevas cosas”.
Agregó que “lo más valioso para mi es aprender de mis compañeros que no vienen del teatro. Al escuchar tantos imaginarios distintos, de personas distintas, uno se sale de su formación teatral. Ese paso es tan necesario para uno que es actor o actriz, porque uno cae en un ensimismamiento a veces. Acá hay personas que nunca han escrito teatro y sacan unas escenas maravillosas, porque hacen de sus experiencias algo muy teatral”, aseguró.
En el taller se trabajaron diversos elementos pertenecientes al quehacer de la escritura teatral tales como: espacio, tiempo, personajes, situación dramática, acción y lenguaje. Otro concepto que fue abordado es el de autoría debido a que es el elemento primario y fundamental para el desarrollo de la creación artística, lo que quedó demostrado con la lectura dramatizada de los once participantes que llegaron hasta el final de esta actividad.
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